Gerri de la Sal es uno de tantos pueblos de Cataluña que hay que visitar – y lugar de origen de mi estirpe Pubill. Por lo menos por ahora. Allí, en el espectacular monasterio de Santa Maria, cuyas primeras piedras datan del siglo IX, bautizaron a un buen puñado de mis Pubill.
Me pregunto qué diría la bisabuela Pilar, la prioratina, la del pollo con anís y los lingotazos de whisky, la que vivió hasta mis 21 años, si pudiera ver esta escritura. Corría el año del Señor de 1790 cuando los abuelos de sus bisabuelos, Pere Pubill y Rosa Batalla (“Rosa Pubill y Batalla”, según la nomenclatura en aquellos tiempos), firmaban en Gerri «la venta de todo aquel trozo de prado con agua de acequia, por ocurrir algunas necesidades que nos urgen». Sí, los abuelos de los bisabuelos de la bisabuela Pilar.
El precio de la transacción fue de “treinta y dos libras barcelonesas entre dichos vendedores y comprador, amigablemente ajustado”. Desconozco si el importe permitió a Rosa y a Pere cubrir aquellas necesidades urgentes. Es de suponer que sí. En cualquier caso eso ya no les hace sufrir, eso seguro. Desde aquí les garantizo que aquel trámite y la historia de los Pubill de Gerri también formarán parte del libro.
Estará también Feliu, bisnieto de Pere y Rosa, y abuelo de Pilar, que en 1864 se instaló en Gelida con su esposa Maria. Por ahora, ese es otro capítulo.
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Más información:
Gerri de la Sal y el monasterio de Santa Maria de Gerri en la Wikipedia. También puedes consultar la web de la Oficina de Turismo de la comarca Pallars Sobirà – y en el ámbito de la investigación genealógica, la web de la Societat Catalana de Genealogia.