Vive España a 1h de distancia de la que debería ser su casa. Esto es así debido a ese cambio de huso manu militari que la política, tampoco la progresista, ha querido corregir hasta ahora. En marzo se convierten en dos, las horas de distancia respecto al espacio que le correspondería. La armonía con la naturaleza ni está ni se le espera – ¿o quizás sí?
Si la política, tampoco la progresista, sabe corregir algo tan importante como sencillo de solucionar, ¿podemos esperar que detenga guerras y hambrunas? La respuesta es obvia y penosa.